martes, 23 de junio de 2015

Yo tambien quiero hacer "Pipi"

Hola chicxs, 
Primeramente quiero agradecer a todos, a ti que esperas mis nuevas entradas, a mi familia que lee mi blog, a ti que eres nuevo espero también que sea de tu agrado y continúes leyéndome, a mis amigos que comparten esto en sus muros, a todxs muchas gracias, y disculpen que haya sido tan tardada esta entrada, tenia algo así como un bloqueo mental, pero ya paso ahora tengo muchas historias que contarles, acá una de ellas...

Ha sido toda una experiencia esto de ir a baños públicos, pues después de algún tiempo eso de aguantarme hasta llegar a casa había estado siendo muy difícil y todo por miedo, la verdad. 
¿Qué tal si me sacaban a palos? (En el mejor de los casos) porque obvio mi chango interior me dice "¿cómo vas a entrar al de viejas?" En ocasiones hice de lado esos pensamientos y si no aguantaba más, iba como cohete. Entraba, orinaba rápido, lavaba mis manos -que nadie me vea- y salía en menos de 1 minuto jajajaja… PERO algunas veces en la salida no faltaban las que iban a entrar y entonces hacían ese movimiento de cabeza para verificar con la mirada el monito que esta dibujado en la puerta de los baños, ese que tiene falda o pantalón y ver si iban hacia el baño correcto, esto siempre  cuando me veían salir y seguido volteaban a verme con cara de "fuchi" , o en el peor de los casos, dentro del baño se me paraban enfrente para decirme, "este es el baño de mujeres" cosas que hicieron que me sintiera un tanto animado a ir al baño de chicos.  Ya que si a la vista de ellas, yo era un hombre invadiendo el baño de chicas, quizá funcionaba para todos en general.
Justamente estas fueron algunas de las situaciones  que me hicieron  darme cuenta que mi TRH ya estaba surtiendo efecto también de manera visual, cosa que yo no percibía por eso también no me decidía a ir al baño de hombres, así que esas experiencias ayudaron a que me decidiera  a ya no ir al baño de chicas, ni a aguantarme hasta llegar a la casa.

Actualmente no ando por el mundo entrando a cada baño público de hombres que me encuentro pero, ya tengo un tanto mas de seguridad para entrar.

Antes de sentirme seguro de entrar a cualquier baño público sin pensar que todos me veían raro, me hice de tácticas para “invadir” los sanitarios masculinos…

Aquí una de ellas:


Cuando llego a algún lugar público y sé que estaré un buen rato y que hay posibilidades de que tenga que usar el baño, yo: observo que tanta gente hay, pongo atención a las puertas de los baños, y entonces mido la cantidad de gente que entra y sale del baño, mucha,  poca o nadie, y mientras sigo aguantándome evito tomar líquidos, a veces pasa un buen rato hasta que detecto que ya no hay mucho movimiento y entonces corro a liberar mi vejiga.

Lo sé, soy todo un caso; el asunto es que aunque aun hago un poco eso, gracias a las experiencias que he tenido últimamente en el baño de hombres hoy en día me siento con mucha más confianza y seguridad para hacerlo sin problema.

Acá les cuento una de esas experiencias...

Un día que decidí simplemente ir sin hacer todo el estudio previo (el de espía/detective que les comentaba antes) debo decir que si estaba nervioso, pero me dije -haber José ¡Ya estuvo! vaya a mear y punto- entonces me dirigí al baño, entre con mi entera confianza, gracias al cielo había baño con puerta, pero entonces escuché que estaba ocupado  ¡Carajo! Entonces pensé, bueno puedo esperar, y que entra un señor y después otro, y yo no hallaba donde meterme, ¿debía seguía esperando ahí adentro? ¿afuera? ¿Qué se hace en esos casos?... Respire (no muy profundo pues estaba en un baño) me calme y dije, bien, esperare afuera, salí, salieron los otros dos hombres que habían entrado a los mingitorios, llega otro hombre se para tras de mí y me pregunta -¿Estás formado? - a lo que le contesto que si y me volteo, vuelvo a verle y le digo que los mingitorios si están desocupados, y responde con alivio -¡A qué bien!- pues este hombre también sale y el cabrón del único baño con puerta ¡Nada que salía! Ya hasta empezaba a pensar seriamente en entrar al de chicas, pues aguantar un tiempo muy prolongado ya no era una opción tras haber tomado unas cuantas chelas... Pero por fortuna el hombre decide salir y al fin puedo volver al baño y desahogar mi alma o mi vejiga, mejor dicho.

Ya orinando tuve una revelación en el baño... ¡Qué buena onda que son los batos! Cuando acaban de hacer lo suyo nadie ¨chonea¨ al de al lado, saludan cuando entran (algo muy sutil tampoco de mano o algo así, es mas como un "que onda" alzando la cabeza), no se tardan mil horas viéndose en el espejo. Obstruyendo, evitando que algunos más usen el espacio. Bueno no me a tocado ver lo contrario hasta ahorita.



Entonces me doy cuenta que esas preocupaciones mías de que al entrar iban a verme y analizar si era chico o no, se esfumaron por completo, pues ellos me veían, sin embargo seguían en lo suyo, entran y salen sin más, también recordé a aquel que afuera me pregunto si estaba formado y me dije, "dijo formado" ósea si me vio como chico, y entonces estaba orinando más que feliz. Por todo aquello que ocurrió “mientras”, valió la pena esperar al cabrón dentro del baño. Todo se torno tan fácil, como si ir al baño jamás hubiera sido todo un dilema.  Y es que,  aunque ir al baño no es nada del otro mundo para los hombres y mujeres cisgenero, para nosotros al principio son como pequeños obstáculos que no nos dejan ser nosotros mismos; porque somos juzgados, después se vuelven logros que festejamos, porque al fin vamos al baño correcto. 
Y no es que el entrar a ese baño nos haga más hombres o mujeres, es la mera satisfacción que ustedes no sentirán, porque jamás han entrado a un baño sintiéndose incómodos, como cuando te equivocas de verdad de baño y quieres que la tierra te trague, piensa, si es que te has equivocado, que esa fue una equivocación de un momento, de un día, imagina ir al baño sintiendo eso todo el tiempo que sales a algún lugar y tienes que utilizar el baño.

¡Se feliz, se tú!
SoyJoséMaría

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